"Mañana". La palabra
Iba suelta, vacante,
Ingrávida, en el aire,
Tan sin alma y sin cuerpo,
Tan sin color ni beso,
Que la dejé pasar
Por mi lado, en mi hoy.
Pero de pronto tú
Dijiste: "Yo, mañana"
Y todo se pobló
De carne y de banderas.
Se me precipitaban
Encima las promesas
De seiscientos colores,
Con vestidos de moda,
Desnudas, pero todas
Cargadas de caricias.
En trenes o en gacelas
Me llegaban -agudas,
Sones de violines-
Esperanzas delgadas
De bocas virginales.
O veloces y grandes
Como buques, de lejos,
Como ballenas
Desde mares distantes,
Inmensas esperanzas
De un amor sin final.
¡Mañana! Qué palabra
Toda vibrante, tensa
De alma y carne rosada,
Cuerda del arco donde
Tú pusiste, agudísima,
Arma de veinte años,
La flecha más segura
Cuando dijiste: "Yo".
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