sábado, 26 de diciembre de 2009
Ensalada de lentejas con pimientos rojos asados
Ingredientes:
- Un bote de lentejas cocidas
- Una lata de pimientos asados rojos
- Aceite y vinagre de Módena
Elaboración:
En un bol se añade el bote de lentejas escurridas, los pimientos rojos cortados en tiras y se adereza con aceite, vinagre de módena y una pizca de sal.
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Ensaladas,
Receta de Silvia Oliveras,
Verdura
domingo, 6 de diciembre de 2009
León Felipe - Como tú
Así es mi vida,
mi vida, piedra,
como tú.
Como tú,
piedra pequeña,
como tú,
piedra ligera,
como tú.
Como tú,
canto que ruedas,
como tú,
por las veredas,
como tú.
Como tú,
guijarro humilde,
como tú,
de las carreteras,
como tú.
Como tú
piedra pequeña,
como tú,
como tú,
guijarro humilde,
como tú.
Como tú,
que en días de tormenta,
como tú,
te hundes
en la tierra,
como tú.
Como tú
y luego
centelleas,
como tú
bajo los cascos,
bajo las ruedas;
como tú.
Como tú,
piedra pequeña,
como tú,
como tú,
guijarro humilde,
como tú.
Como tú,
que no sirves
para ser ni piedra,
como tú,
ni piedra
de una lonja,
como tú.
Como tú,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia,
ni piedra de una audiencia,
como tú,
como tú.
Como tú,
piedra aventurera,
como tú,
que tal vez estás hecha,
como tú,
como tú,
sólo para una honda,
como tú,
piedra pequeña,
como tú,
como tú.
mi vida, piedra,
como tú.
Como tú,
piedra pequeña,
como tú,
piedra ligera,
como tú.
Como tú,
canto que ruedas,
como tú,
por las veredas,
como tú.
Como tú,
guijarro humilde,
como tú,
de las carreteras,
como tú.
Como tú
piedra pequeña,
como tú,
como tú,
guijarro humilde,
como tú.
Como tú,
que en días de tormenta,
como tú,
te hundes
en la tierra,
como tú.
Como tú
y luego
centelleas,
como tú
bajo los cascos,
bajo las ruedas;
como tú.
Como tú,
piedra pequeña,
como tú,
como tú,
guijarro humilde,
como tú.
Como tú,
que no sirves
para ser ni piedra,
como tú,
ni piedra
de una lonja,
como tú.
Como tú,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia,
ni piedra de una audiencia,
como tú,
como tú.
Como tú,
piedra aventurera,
como tú,
que tal vez estás hecha,
como tú,
como tú,
sólo para una honda,
como tú,
piedra pequeña,
como tú,
como tú.
sábado, 5 de diciembre de 2009
Quinoa con verduras
Ingredientes:
- Una taza y media de quinoa es un excelente cereal que se compra barato en el herbolario
- Una cebolla
- Cinco dientes de ajos
- Un calabación
- Un poco de brécol
- Un puerro
- Una berenjena
- Alga kombu
- Tofu
Elaboración:
Trás unos 15 minutos de tener la quinoa en remojo, cocí la quinoa en agua durante unos 10 min. (se hace muy pronto) y la dejé escurriendo. En una sartén salteé la verdura con ajito, pero utilizando aceite de sésamo en vez de oliva (comprado en los chinos), y a la verdura le puse tofu cortado en dados para que fuera tomando sabor. Luego lo rocié con salsa de soja y le puse semillas de lino (porque quedaba chulo, tiene mucha fibra pero no sabe a nada, je!).
Lo dejé haciéndose en la sartén un ratito.
Para servir puse en un bol por un lado la verdura y en otro bol la quinoa cocida.
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Receta de Silvia Oliveras,
Verdura
viernes, 6 de noviembre de 2009
Rubén Darío - Canción de otoño en primavera
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer.
En vano busqué a la princesa
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar!
Mas a pesar del tiempo terco,
mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris me acerco
a los rosales del jardín...
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer.
En vano busqué a la princesa
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar!
Mas a pesar del tiempo terco,
mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris me acerco
a los rosales del jardín...
jueves, 5 de noviembre de 2009
Crema de zanahorias con queso roquefort
Ingredientes:
- 1 Kilo de zanahorias
- 1 Cebolla
- 1 patata
- Media cuña de queso Roquefort
- Un chorrito de nata líquida
- Una cucharada de mantequilla
- Agua y sal
Elaboración:
Pelamos y cortamos en redondeles las zanahorias y las ponemos a cocer con una cebolla, una patata, un poco de mantequilla y sal hasta que esté blandita.
A continuación añadimos un chorrito de nata líquida y la media cuña de queso roquefort damos vueltas con una cucharada de madera hasta su completa unión.
A continuación se aparta del fuego y se pasa la crema por la batidora.
Para decorar le raspo un poco de queso parmesano por encima.
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Crema,
Receta de Silvia Oliveras,
Verdura
martes, 6 de octubre de 2009
José Martí - Es rubia el cabello suelto
Es rubia: el cabello suelto
Da más luz al ojo moro:
Voy, desde entonces, envuelto
En un torbellino de oro.
La abeja estival que zumba
Más ágil por la flor nueva,
No dice, como antes, "tumba":
"Eva" dice: todo es "Eva".
Bajo, en lo oscuro, al temido
Raudal de la catarata:
¡Y brilla el iris, tendido
Sobre las hojas de plata!
Miro, ceñudo, la agreste
Pompa del monte irritado:
¡Y en el alma azul celeste
Brota un jacinto rosado!
Voy, por el bosque, a paseo
A la laguna vecina:
Y entre las ramas la veo,
Y por el agua camina.
La serpiente del jardín
Silba, escupe, y se resbala
Por su agujero: el clarín
Me tiende, trinando, el ala.
¡Arpa soy, salterio soy
Donde vibra el Universo:
Vengo del sol, y al sol voy:
Soy el amor: soy el verso!
Da más luz al ojo moro:
Voy, desde entonces, envuelto
En un torbellino de oro.
La abeja estival que zumba
Más ágil por la flor nueva,
No dice, como antes, "tumba":
"Eva" dice: todo es "Eva".
Bajo, en lo oscuro, al temido
Raudal de la catarata:
¡Y brilla el iris, tendido
Sobre las hojas de plata!
Miro, ceñudo, la agreste
Pompa del monte irritado:
¡Y en el alma azul celeste
Brota un jacinto rosado!
Voy, por el bosque, a paseo
A la laguna vecina:
Y entre las ramas la veo,
Y por el agua camina.
La serpiente del jardín
Silba, escupe, y se resbala
Por su agujero: el clarín
Me tiende, trinando, el ala.
¡Arpa soy, salterio soy
Donde vibra el Universo:
Vengo del sol, y al sol voy:
Soy el amor: soy el verso!
Quiche
Ingredientes:
4 Huevos
250 g. de queso Emmental
250 g. de bacon
1 Tarrina de nata para cocinar
Un chorrito de leche
Mantequilla o margarina para el molde
Sal y pimienta
Una lámina de masa de hojaldre
Elaboración:
Se parte el queso en trocitos pequeños. Se limpia el bacon y se parte en trocitos. Ambos ingredientes se reservan.
En un bol se baten los huevos y se añade la nata con un chorrito de leche. Se añade un poquito de sal y de pimienta. Se remueve todo y se reserva.
Se pone el horno a calentar entre 180 y 210 grados. Mientras, se unta el molde de mantequilla (Para evitar que la masa se pegue se enharina la mesa y el propio rodillo previamente).
Una vez extendida, se pone la masa sobre el molde, se recorta lo que sobra y se pincha varias veces el fondo para evitar que se formen burbujas durante la cocción.
Se distribuye por todo el molde el queso y el bacon, y se añade el contenido del bol.
Con la masa sobrante se hacen tiras para decorar la parte superior de la quiche a modo de cuadrícula.
Se introduce en el horno a media altura durante 40 minutos. (OJO: Evitar abrir la puerta durante este tiempo).
A continuación se gratina a 140 grados.
Y… lista para COMER en caliente o… en frío!
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Huevo,
Receta de Myriam,
Recetas
María Zambrano - Delirio del Incrédulo
Bajo la flor, la rama
sobre la flor, la estrella
bajo la estrella, el viento;
¿Y más allá?
Más allá ¿no recuerdas?, sólo la nada
la nada, óyelo bien, mi alma,
duérmete, aduérmete en la nada.
Si pudiera, pero hundirme.
Bajo la flor, la rama...
Ceniza de aquel fuego, oquedad, agua espesa
y amarga, el llanto hecho sudor
la sangre que en su huida se lleva la palabra
y la carga vacía de un corazón sin marcha.
Bajo la flor, la rama...
De verdad ¿es que no hay nada?
Hay la nada.
La nada, óyelo bien, mi alma.
duérmete, aduérmete en la nada.
Y que no lo recuerdes. Era tu gloria.
Bajo la flor, la rama...
Más allá del recuerdo, en el olvido,
escucha en el soplo de tu aliento.
Mira en tu pupila misma dentro
en ese fuego que te abrasa, luz y agua.
Bajo la flor, la rama...
Mas no puedo, no puedo.
Ojos y oídos son ventanas.
Perdido entre mí mismo
no puedo buscar nada
no llego hasta la Nada.
Bajo la flor, la rama
sobre la flor, la estrella
bajo la estrella, el viento
¿Y más allá?
Más allá ¿no recuerdas?,
sólo la nada.
sobre la flor, la estrella
bajo la estrella, el viento;
¿Y más allá?
Más allá ¿no recuerdas?, sólo la nada
la nada, óyelo bien, mi alma,
duérmete, aduérmete en la nada.
Si pudiera, pero hundirme.
Bajo la flor, la rama...
Ceniza de aquel fuego, oquedad, agua espesa
y amarga, el llanto hecho sudor
la sangre que en su huida se lleva la palabra
y la carga vacía de un corazón sin marcha.
Bajo la flor, la rama...
De verdad ¿es que no hay nada?
Hay la nada.
La nada, óyelo bien, mi alma.
duérmete, aduérmete en la nada.
Y que no lo recuerdes. Era tu gloria.
Bajo la flor, la rama...
Más allá del recuerdo, en el olvido,
escucha en el soplo de tu aliento.
Mira en tu pupila misma dentro
en ese fuego que te abrasa, luz y agua.
Bajo la flor, la rama...
Mas no puedo, no puedo.
Ojos y oídos son ventanas.
Perdido entre mí mismo
no puedo buscar nada
no llego hasta la Nada.
Bajo la flor, la rama
sobre la flor, la estrella
bajo la estrella, el viento
¿Y más allá?
Más allá ¿no recuerdas?,
sólo la nada.
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Poesía,
Poesía María Zambrano
jueves, 27 de agosto de 2009
Tarta de queso en copa
Ingredientes:
- 1 tarrina de queso de untar
- 1 brik de nata líquida para montar
- 1 sobre de gelatina neutra en polvo
- 2 cucharadas grandes de azúcar moreno
- Para decorar mermelada de fresa, galletas y mantequilla
Elaboración:
Echamos en un vaso de agua fria un sobre de gelatina neutra. Reservamos.
En la jarra de la batidora mezclamos, el brik de nata líquida, la tarrina de queso y el azúcar. Batimos hasta que esté todo perfectamente integrado y la crema vaya cogiendo textura esponjosa y cremosa.
Removemos un poco la gelatina y lo añadimos a la crema, batimos durante unos minutos y nos aseguramos de que el azúcar está bien disuelto.
Lo servimos en copas en la base galleta triturada y mezclada con una cuchada de mantequilla a continuación la crema y por último dos cucharadas de mermelada de fresa.
Dejar reposar en la nevera mínimo 2 horas.
- 1 tarrina de queso de untar
- 1 brik de nata líquida para montar
- 1 sobre de gelatina neutra en polvo
- 2 cucharadas grandes de azúcar moreno
- Para decorar mermelada de fresa, galletas y mantequilla
Elaboración:
Echamos en un vaso de agua fria un sobre de gelatina neutra. Reservamos.
En la jarra de la batidora mezclamos, el brik de nata líquida, la tarrina de queso y el azúcar. Batimos hasta que esté todo perfectamente integrado y la crema vaya cogiendo textura esponjosa y cremosa.
Removemos un poco la gelatina y lo añadimos a la crema, batimos durante unos minutos y nos aseguramos de que el azúcar está bien disuelto.
Lo servimos en copas en la base galleta triturada y mezclada con una cuchada de mantequilla a continuación la crema y por último dos cucharadas de mermelada de fresa.
Dejar reposar en la nevera mínimo 2 horas.
miércoles, 26 de agosto de 2009
Luis Cernuda - Si un hombre pudiera decir
Si el hombre pudiera decir lo que ama,
Si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
Como una nube en la luz;
Si como muros que se derrumban,
Para saludar la verdad erguida en medio,
Pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor,
La verdad de sí mismo,
Que no se llama gloria, fortuna o ambición,
Sino amor o deseo,
Yo sería aquel que imaginaba;
Aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
Proclama ante los hombres la verdad ignorada,
La verdad de su amor verdadero.
Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
Cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
Alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina,
Por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
Y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
Como leños perdidos que el mar anega o levanta
Libremente, con la libertad del amor,
La única libertad que me exalta,
La única libertad porque muero.
Tú justificas mi existencia:
Si no te conozco, no he vivido;
Si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.
Si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
Como una nube en la luz;
Si como muros que se derrumban,
Para saludar la verdad erguida en medio,
Pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor,
La verdad de sí mismo,
Que no se llama gloria, fortuna o ambición,
Sino amor o deseo,
Yo sería aquel que imaginaba;
Aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
Proclama ante los hombres la verdad ignorada,
La verdad de su amor verdadero.
Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
Cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
Alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina,
Por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
Y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
Como leños perdidos que el mar anega o levanta
Libremente, con la libertad del amor,
La única libertad que me exalta,
La única libertad porque muero.
Tú justificas mi existencia:
Si no te conozco, no he vivido;
Si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.
lunes, 29 de junio de 2009
Pisto
Ingredientes: (2 personas)
2 calabacines
1 pimientos rojos carnosos medianos
1 pimientos verdes carnosos
2 cebollas medianas
2 berenjenas medianas
1 bote de tomate frito Hida (Mercadona)
2 latas de atún en trozos grandes
Media copa de vino blanco
Aceite de oliva
Sal
Elaboración:
Preparamos una sartén con fondo y le echamos aceite hasta cubrir la base.
Pelamos las berenjenas, las ponemos en un recipiente y le echamos sal gorda. Con el calabacín hacemos igual pero sin pelar. Lo partimos por la mitad, a lo largo, y lo cortamos en rodajas. Lo colocamos en otra fuente.
Cortamos la cebolla en trocitos medianos, la ponemos en la sartén a fuego medio bajo con un pellizco de sal. Cuando se empiece a poner transparente, ponemos una tapadera a la sartén y terminamos de pocharla (no tiene que ponerse marron).
Trocea los pimientos (a trozos más o menos iguales ) y échalos en la sartén. Cuando veas que se han marcado los pimientos por la parte que toca el aceite pon la tapadera a la sartén y déjalos al fuego 10 minutos aproximadamente. Coge las berenjenas y el calabacín y añádelas, cuando todo este blandito.
Añade el bote de tomate frito, una copa pequeña de vino blanco y las dos latas de atún. Dejamos a fuego medio bajo que se vaya haciendo.
Mezclar todo con una cuchara de madera, mantener a fuego bajo unos 10 minutos y listo.
domingo, 7 de junio de 2009
Licor de miel
Ingredientes:
1 Litro de orujo o anís
10 Cucharadas de miel
10 Cucharadas de azúcar
2 Palos de canela
1 Limón (Se aprovechará la piel)
1 Naranja (Se aprovechará la piel)
Elaboración:
Todo ello se mezcla en un tarro de cristal, preferentemente de boca ancha y durante el proceso de maceración (unos dos meses) se agitará de vez en cuando. Seguidamente, se embotellará, sacando las pieles, canela y colándolo a través de un paño fino.
Colmenar J.M.C. Tlf: 985 763 843 - 616 015 539 (preguntar por Celes)
Santiago del Hermo - Somiedo (Asturias)
viernes, 22 de mayo de 2009
Mario Benedetti - No te salves
NO TE SALVES
No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo
No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo
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Poesía,
Poesía Mario Benedetti
jueves, 21 de mayo de 2009
Tiramisú
Ingredientes
24 bizcochos de soletilla
250 gr de queso mascarpone
¼ de nata montada de pastelería
Café
Cacao en polvo
3 huevos
200 gr de azúcar
Elaboración
Preparar dos tazas grandes de café (puede ser soluble) y añadir dos cucharadas grandes de cacao. Dejarlo enfriar.
Separar las claras de las yemas. Y ponerlas en recipientes separados.
Montar las claras a punto de nieve (si los huevos están fríos y se añaden unas gotitas de vinagre cuesta menos)
En el otro recipiente añadir el azúcar a las yemas y batir hasta que queden bien unidas, a continuación añadir el mascarpone y batir hasta que quede bien unido, por último añadir la nata líquida y batir remover hasta que quede bien unido. Por último añadir las claras montadas con mucho cuidado mezclando con las varillas suavemente hasta que todo quede bien mezclado pero sin perder su consistencia.
En un molde poner una base de 12 bizcochos. Los bizcochos hay que mojarlos sólo por un lado en el café y colocarlos con el lado seco hacia abajo para que la base quede más consistente.
A continuación encima de los bizcochos verter algo más de la mitad de la crema y extender con una espátula para que quede bien liso.
Poner encima los otros 12 bizcochos pero esta vez bien empapados en el café por los dos lados.
Encima verter el resto de la crema y extender con la espátula.
Por último con la ayuda de un colador espolvorear cacao en polvo por toda la superficie hasta que todo quede cubierto.
Mantener en la nevera 24 horas antes de servirlo.
24 bizcochos de soletilla
250 gr de queso mascarpone
¼ de nata montada de pastelería
Café
Cacao en polvo
3 huevos
200 gr de azúcar
Elaboración
Preparar dos tazas grandes de café (puede ser soluble) y añadir dos cucharadas grandes de cacao. Dejarlo enfriar.
Separar las claras de las yemas. Y ponerlas en recipientes separados.
Montar las claras a punto de nieve (si los huevos están fríos y se añaden unas gotitas de vinagre cuesta menos)
En el otro recipiente añadir el azúcar a las yemas y batir hasta que queden bien unidas, a continuación añadir el mascarpone y batir hasta que quede bien unido, por último añadir la nata líquida y batir remover hasta que quede bien unido. Por último añadir las claras montadas con mucho cuidado mezclando con las varillas suavemente hasta que todo quede bien mezclado pero sin perder su consistencia.
En un molde poner una base de 12 bizcochos. Los bizcochos hay que mojarlos sólo por un lado en el café y colocarlos con el lado seco hacia abajo para que la base quede más consistente.
A continuación encima de los bizcochos verter algo más de la mitad de la crema y extender con una espátula para que quede bien liso.
Poner encima los otros 12 bizcochos pero esta vez bien empapados en el café por los dos lados.
Encima verter el resto de la crema y extender con la espátula.
Por último con la ayuda de un colador espolvorear cacao en polvo por toda la superficie hasta que todo quede cubierto.
Mantener en la nevera 24 horas antes de servirlo.
martes, 5 de mayo de 2009
Pablo Neruda - Puedo escribir los versos más tristes esta noche (20)
PUEDO escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Lentejas
Ingredientes para dos personas:
- Dos vasos de agua de lentejas
- Un paquete de compango asturiano (Un chorizo ahumado, una morcilla y panceta de cerdo)
- Una hoja de laurel
- 4 dientes de ajos
- Una cebolla
- Una cucharada de café de pimentón
- Una cucharada de café de harina
- Una cucharada de café de sal
- Tres cucharadas soperas de aceite
- Agua
Elaboración:
La noche anterior dejamos las lentejas en remojo y a la mañana siguiente las lavamos, las escurrimos y las ponemos en la olla rápida (15 minutos) y en una olla normal (30 minutos), añadimos a la olla el paquete de compango, la hoja de laurel, 4 dientes de ajo enteros y pelados y a continuación el agua cubriendo las lentejas y dos dedos de agua más).
En una sartén pochamos una cebolla, cuando está blandita añadimos la cucharita de pimentón y a continuación la cucharita de harina, damos vueltas hasta su perfecta unión y lo añadimos a la olla junto a la sal.
Cerramos la olla rápida y esperamos 15 minutos para retirarla del fuego.
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legumbres,
Receta de Marina,
Recetas
martes, 28 de abril de 2009
Pablo Neruda - No te quiero sino porque te quiero (LXVI)
NO TE QUIERO sino porque te quiero
y de quererte a no quererte llego
y de esperarte cuando no te espero
pasa mi corazón del frío al fuego.
Te quiero sólo porque a ti te quiero,
te odio sin fin, y odiándote te ruego,
y la medida de mi amor viajero
es no verte y amarte como un ciego.
Tal vez consumirá la luz de enero,
su rayo cruel, mi corazón entero,
robándome la llave del sosiego.
En esta historia sólo yo me muero
y moriré de amor porque te quiero,
porque te quiero, amor, a sangre y fuego.
y de quererte a no quererte llego
y de esperarte cuando no te espero
pasa mi corazón del frío al fuego.
Te quiero sólo porque a ti te quiero,
te odio sin fin, y odiándote te ruego,
y la medida de mi amor viajero
es no verte y amarte como un ciego.
Tal vez consumirá la luz de enero,
su rayo cruel, mi corazón entero,
robándome la llave del sosiego.
En esta historia sólo yo me muero
y moriré de amor porque te quiero,
porque te quiero, amor, a sangre y fuego.
Croquetas de zanahorias y huevos
Ingredientes:
- 200 g de zanahorias
- 3 huevos
-1 l de leche
- nuez moscada
- pan rallado
- 120 g de harina
- 100 g de mantequilla
- harina para rebozar
- 1 cucharada sopera de mantequilla para engrasar
- Aceite de oliva virgen
- sal
- 200 g de zanahorias
- 3 huevos
-1 l de leche
- nuez moscada
- pan rallado
- 120 g de harina
- 100 g de mantequilla
- harina para rebozar
- 1 cucharada sopera de mantequilla para engrasar
- Aceite de oliva virgen
- sal
Elaboración:
1.- Cocer 2 huevos. Fundir la mantequilla en cazuela ancha y baja. Añadir 2 cucharadas soperas de aceite de oliva y rehogar la harina removiendo con varilla hasta que empiece a dorarse.
2.- Añadir poco a poco la leche sin dejar de remover. Dejar que se recupere el hervor y que espese la salsa. Condimentar con sal y una pizca de nuez moscada y mantener el hervor a fuego muy lento.
3.- Incorporar las zanahorias (peladas, lavadas y ralladas medianas) y los huevos cocidos (pelados y picados medianos). Mezclar y prolongar la cocción 5 min. más. Pasar a una fuente ancha engrasada con un trapo
de cocina y dejar 2 horas en lugar fresco.
4.- Batir un huevo. Dar forma a las croquetas con la ayuda de dos cucharas y rabozarlas en harina, después en el huevo batido y por último en pan rallado. Freírlas en una sartén con abundante aceite de oliva virgen extra y servir.
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martes, 21 de abril de 2009
Pablo Neruda - Sabrás que no te amo y que te amo
SABRÁS que no te amo y que te amo
puesto que de dos modos es la vida,
la palabra es un ala del silencio,
el fuego tiene una mitad de frío.
Yo te amo para comenzar a amarte,
para recomenzar el infinito
y para no dejar de amarte nunca:
por eso no te amo todavía.
Te amo y no te amo como si tuviera
en mis manos las llaves de la dicha
y un incierto destino desdichado.
Mi amor tiene dos vidas para amarte.
Por eso te amo cuando no te amo
y por eso te amo cuando te amo.
puesto que de dos modos es la vida,
la palabra es un ala del silencio,
el fuego tiene una mitad de frío.
Yo te amo para comenzar a amarte,
para recomenzar el infinito
y para no dejar de amarte nunca:
por eso no te amo todavía.
Te amo y no te amo como si tuviera
en mis manos las llaves de la dicha
y un incierto destino desdichado.
Mi amor tiene dos vidas para amarte.
Por eso te amo cuando no te amo
y por eso te amo cuando te amo.
Wok de cerdo con verduras
Ingredientes (para 6 personas):
- 4 cucharadas de aceite de oliva
- 2 dientes de ajo, picados finos
- 1 cucharada de jengibre, picado
- 600 g de asiento de cerdo, en cubos de 2 cm
- 1 zanahoria, pelada, en láminas y en trozos en diagonal
- 1 pimiento rojo, sin semillas y en cubos de 2 cm
- 1 pimiento verde, sin semillas y en cubos de 2 cm
- 2 tazas de apio, pelado, y en trozos de 2 cm
- 3 calabazines, en rodajas en diagonal
- 1/4 taza (60 ml) de salsa de soja para rociar
- Tallarines cocido para acompañar
Preparación:
- En un wok o sartén profundo, caliente el aceite a fuego medio, agregue el ajo y el jengibre. Cocine 30 segundos y añada la carne; siga cocinando 5 minutos más o hasta que la carne esté a punto.
- Agregue la zanahoria, pimientos y apio; cocine 2 minutos más. Añada los calabacines; rocíe con la salsa de soja y cocine 1 minuto más. Retire del fuego y sirva de inmediato acompañado de los tallarines.
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lunes, 13 de abril de 2009
Nicanor Parra - El Hombre Imaginario
El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario
De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios
Todas las tardes tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios
Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario
Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario
De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios
Todas las tardes tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios
Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario
Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario
Lasaña de carne picada y berenjenas
Ingredientes:
Placas de lasaña (he usado las que no necesitan cocción)
Medio kilo de carne picada (mitad ternera y mitad cerdo)
1 Cebolla
1 Pimiento pequeño
1 Berenjena
Tomate frito
2 Dientes de ajo
Medio litro de leche
2 Cucharadas de harina
200 grs. de mantequilla
Pimienta, nuez moscada y sal
Aceite de oliva
Elaboración:
Empezamos partiendo en rodajas de medio centimetro la berenjena sin pelar, la añadimos sal y las ponemos en un bol para que suelten su agua y su amargor.
Picamos la cebolla, el pimiento y los dientes de ajo y los ponemos a pochar en una sartén con tres cucharadas de aceite.
Una vez que todo está pochado añadimos la carne picada (salpimentada) y lo tenemos 10minutos removiendo constantemente, a continuación añadimos media lata de tomate frito y dejamos reducir y reservamos.
Sólo nos falta hacer la bechamel:
En una cacerola ponemos 50 grs de mantequilla y una cucharada de aceite de oliva y cuando está caliente, añadimos las dos cucharadas de harina y les damos vueltas hasta que tome un color dorado, a continuación vamos añadiendo la leche a poquitos ayundándonos de unas varillas y sin dejar de remover. Probamos de sal y añadimos nuez moscada. Tiene que quedar ni líquida, ni espesa.
A continuación secamos bien las rodajas de berenjenas con papel de cocina y les damos una vuelta y vuelta en una plancha hasta que tomen color.
Preparamos una fuente de plumk cake con una base de bechamel, una capa de placas de lasaña, una capa de carne picada, una capa de berenjenas y vamos alternando hasta terminar con unas placas de lasaña, una capa de salsa bechamel, queso rallado y para que quede con un bonito color dorado repartimos unos trocitos pequeños de mantequilla por la superficie.
Metemos en el horno precalentado a 200º durante 20 minutos.
Placas de lasaña (he usado las que no necesitan cocción)
Medio kilo de carne picada (mitad ternera y mitad cerdo)
1 Cebolla
1 Pimiento pequeño
1 Berenjena
Tomate frito
2 Dientes de ajo
Medio litro de leche
2 Cucharadas de harina
200 grs. de mantequilla
Pimienta, nuez moscada y sal
Aceite de oliva
Elaboración:
Empezamos partiendo en rodajas de medio centimetro la berenjena sin pelar, la añadimos sal y las ponemos en un bol para que suelten su agua y su amargor.
Picamos la cebolla, el pimiento y los dientes de ajo y los ponemos a pochar en una sartén con tres cucharadas de aceite.
Una vez que todo está pochado añadimos la carne picada (salpimentada) y lo tenemos 10minutos removiendo constantemente, a continuación añadimos media lata de tomate frito y dejamos reducir y reservamos.
Sólo nos falta hacer la bechamel:
En una cacerola ponemos 50 grs de mantequilla y una cucharada de aceite de oliva y cuando está caliente, añadimos las dos cucharadas de harina y les damos vueltas hasta que tome un color dorado, a continuación vamos añadiendo la leche a poquitos ayundándonos de unas varillas y sin dejar de remover. Probamos de sal y añadimos nuez moscada. Tiene que quedar ni líquida, ni espesa.
A continuación secamos bien las rodajas de berenjenas con papel de cocina y les damos una vuelta y vuelta en una plancha hasta que tomen color.
Preparamos una fuente de plumk cake con una base de bechamel, una capa de placas de lasaña, una capa de carne picada, una capa de berenjenas y vamos alternando hasta terminar con unas placas de lasaña, una capa de salsa bechamel, queso rallado y para que quede con un bonito color dorado repartimos unos trocitos pequeños de mantequilla por la superficie.
Metemos en el horno precalentado a 200º durante 20 minutos.
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lunes, 6 de abril de 2009
Antonio Machado - Consejos, coplas, apuntes
En el mar de la mujer
pocos naufragan de noche:
muchos, al amanecer.
pocos naufragan de noche:
muchos, al amanecer.
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Poesía,
Poesía de Antonio Machado
lunes, 30 de marzo de 2009
Albóndigas con salsa de tomate
Ingredientes:
500 grs. Carne picada (mitad cerdo y mitad ternera)
1 Huevo
2 Rebanadas de pan remojado en leche
Pan rallado
3 Cebollas
3 Dientes de ajos
Tomate frito
1/2 vaso de vino blanco
Sal, pimienta, perejil y orégano
Aceite de oliva
500 grs. Carne picada (mitad cerdo y mitad ternera)
1 Huevo
2 Rebanadas de pan remojado en leche
Pan rallado
3 Cebollas
3 Dientes de ajos
Tomate frito
1/2 vaso de vino blanco
Sal, pimienta, perejil y orégano
Aceite de oliva
1 Vaso de agua
Elaboración:
Ponemos la carne picada en un bol y le añadimos sal, pimienta, huevo batido, dos dientes de ajo y una cebolla muy picaditos, perejil, el pan remojado en leche y escurrido. Mezclamos y agregamos pan rallado hasta obtener una masa que podamos trabajar.
Yo las hago en una huevera de plástico de 12 en 12 (la venden en los chinos), enharino los doce huecos, añado una cucharada sopera de la mezcla de carne, cierro el recipiente, agito y cuando abro, alejoppppppppppp las albondigas redonditas, acontinuación las frio por tandas.
En una cacerola pochamos una cebolla y los ajos finamente troceados y cuando empiecen a dorarse, agregamos las albondigas que hemos frito, añadimos el vino blanco y dejamos evaporar, ponemos el tomate frito, orégano y el agua. Salamos y tapamos.
Como guarnición podemos añadir arroz cocido o patatas fritas.
Elaboración:
Ponemos la carne picada en un bol y le añadimos sal, pimienta, huevo batido, dos dientes de ajo y una cebolla muy picaditos, perejil, el pan remojado en leche y escurrido. Mezclamos y agregamos pan rallado hasta obtener una masa que podamos trabajar.
Yo las hago en una huevera de plástico de 12 en 12 (la venden en los chinos), enharino los doce huecos, añado una cucharada sopera de la mezcla de carne, cierro el recipiente, agito y cuando abro, alejoppppppppppp las albondigas redonditas, acontinuación las frio por tandas.
En una cacerola pochamos una cebolla y los ajos finamente troceados y cuando empiecen a dorarse, agregamos las albondigas que hemos frito, añadimos el vino blanco y dejamos evaporar, ponemos el tomate frito, orégano y el agua. Salamos y tapamos.
Como guarnición podemos añadir arroz cocido o patatas fritas.
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lunes, 9 de marzo de 2009
Francisco de Quevedo - La pobreza, el dinero
Pues amarga la verdad,
Quiero echarla de la boca;
Y si al alma su hiel toca,
Esconderla es necedad.
Sépase, pues libertad
Ha engendrado en mi pereza
La Pobreza.
¿Quién hace al tuerto galán
Y prudente al sin consejo?
¿Quién al avariento viejo
Le sirve de Río Jordán?
¿Quién hace de piedras pan,
Sin ser el Dios verdadero
El Dinero.
¿Quién con su fiereza espanta
El Cetro y Corona al Rey?
¿Quién, careciendo de ley,
Merece nombre de Santa?
¿Quién con la humildad levanta
A los cielos la cabeza?
La Pobreza.
¿Quién los jueces con pasión,
Sin ser ungüento, hace humanos,
Pues untándolos las manos
Los ablanda el corazón?
¿Quién gasta su opilación
Con oro y no con acero?
El Dinero.
¿Quién procura que se aleje
Del suelo la gloria vana?
¿Quién siendo toda Cristiana,
Tiene la cara de hereje?
¿Quién hace que al hombre aqueje
El desprecio y la tristeza?
La Pobreza.
¿Quién la Montaña derriba
Al Valle; la Hermosa al feo?
¿Quién podrá cuanto el deseo,
Aunque imposible, conciba?
¿Y quién lo de abajo arriba
Vuelve en el mundo ligero?
El Dinero.
Quiero echarla de la boca;
Y si al alma su hiel toca,
Esconderla es necedad.
Sépase, pues libertad
Ha engendrado en mi pereza
La Pobreza.
¿Quién hace al tuerto galán
Y prudente al sin consejo?
¿Quién al avariento viejo
Le sirve de Río Jordán?
¿Quién hace de piedras pan,
Sin ser el Dios verdadero
El Dinero.
¿Quién con su fiereza espanta
El Cetro y Corona al Rey?
¿Quién, careciendo de ley,
Merece nombre de Santa?
¿Quién con la humildad levanta
A los cielos la cabeza?
La Pobreza.
¿Quién los jueces con pasión,
Sin ser ungüento, hace humanos,
Pues untándolos las manos
Los ablanda el corazón?
¿Quién gasta su opilación
Con oro y no con acero?
El Dinero.
¿Quién procura que se aleje
Del suelo la gloria vana?
¿Quién siendo toda Cristiana,
Tiene la cara de hereje?
¿Quién hace que al hombre aqueje
El desprecio y la tristeza?
La Pobreza.
¿Quién la Montaña derriba
Al Valle; la Hermosa al feo?
¿Quién podrá cuanto el deseo,
Aunque imposible, conciba?
¿Y quién lo de abajo arriba
Vuelve en el mundo ligero?
El Dinero.
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Poesía Francisco de Quevedo
Solomillo de cerdo con salsa de Pedro Ximénez
Ingredientes:
Un solomillo de cerdo (mejor iberico)
Una cabeza de ajos
1/2 vaso de Pedro Ximénez (Vino Jeréz dulce)
Pimienta
Aceite de oliva virgen
Elaboracion:
Cortamos el solomillo en medallones gruesos y le ponemos pimienta. Calentamos el aceite y vamos "sellando" el solomillo de manera que se doren rapidamente pero su interior este jugoso. Reservamos calientes.
Cortamos los ajos en laminas y, en el mismo aceite de los solomillos, los doramos sin que se lleguen a quemar.
Agregamos los medallones, añadimos Pedro Ximénez y dejamos hervir hasta que la salsa se reduzca un poco y servimos.
Es un plato muy rápido de elaborar y para el que debemos estar provistos de pan, porque la salsa es tan sabrosa y el solomillo queda tan tierno que es inevitable.
Podemos acompañar de patatas fritas.
Un solomillo de cerdo (mejor iberico)
Una cabeza de ajos
1/2 vaso de Pedro Ximénez (Vino Jeréz dulce)
Pimienta
Aceite de oliva virgen
Elaboracion:
Cortamos el solomillo en medallones gruesos y le ponemos pimienta. Calentamos el aceite y vamos "sellando" el solomillo de manera que se doren rapidamente pero su interior este jugoso. Reservamos calientes.
Cortamos los ajos en laminas y, en el mismo aceite de los solomillos, los doramos sin que se lleguen a quemar.
Agregamos los medallones, añadimos Pedro Ximénez y dejamos hervir hasta que la salsa se reduzca un poco y servimos.
Es un plato muy rápido de elaborar y para el que debemos estar provistos de pan, porque la salsa es tan sabrosa y el solomillo queda tan tierno que es inevitable.
Podemos acompañar de patatas fritas.
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martes, 24 de febrero de 2009
Lerdorelerdorequetelerdo - Lo eres todo
Cada vez que veo tu fotografía
Descubro algo nuevo que antes no veía
Y me hace sentir lo que nunca creí…
Siempre te he mirado indiferente
Eras tan solo una amiga y de repente lo eres todo…
Todo para mí…
Mi principio y mi fin
Mi norte, mi guía, mi perdición
Mi acierto, mi suerte, mi equivocación
Eres mi ocio y mi desesperación
Eres mi aliento y mi agonía
De noche y de día…
Dame tu alegría, tu buen humor
Dame tu melancolía, tu pena y dolor
Dame tu aroma, dame tu sabor
Dame tu mundo interior…
Dame tu sonrisa y tu calor
Dame tu fotografía, tus aletas y tu amor
Tu frío, tu ardor
Dame tu calma, dame tu furor
Dame tu oculto rencor
Mi norte, mi guía, mi perdición
Mi acierto, mi suerte mi equivocación
Eres mi mochila, mi monte y mi casco-melón
Eres mi aliento y mi agonía
De noche y de día…
Te lo pido por favor!!!!
Que me des tu compañía de noche y de día
Lo eres todo…
Cada vez que veo tu fotografía descubro algo nuevo que antes no veía…
Descubro algo nuevo que antes no veía
Y me hace sentir lo que nunca creí…
Siempre te he mirado indiferente
Eras tan solo una amiga y de repente lo eres todo…
Todo para mí…
Mi principio y mi fin
Mi norte, mi guía, mi perdición
Mi acierto, mi suerte, mi equivocación
Eres mi ocio y mi desesperación
Eres mi aliento y mi agonía
De noche y de día…
Dame tu alegría, tu buen humor
Dame tu melancolía, tu pena y dolor
Dame tu aroma, dame tu sabor
Dame tu mundo interior…
Dame tu sonrisa y tu calor
Dame tu fotografía, tus aletas y tu amor
Tu frío, tu ardor
Dame tu calma, dame tu furor
Dame tu oculto rencor
Mi norte, mi guía, mi perdición
Mi acierto, mi suerte mi equivocación
Eres mi mochila, mi monte y mi casco-melón
Eres mi aliento y mi agonía
De noche y de día…
Te lo pido por favor!!!!
Que me des tu compañía de noche y de día
Lo eres todo…
Cada vez que veo tu fotografía descubro algo nuevo que antes no veía…
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Poesía Lerdorelerdorequetelerdo
lunes, 23 de febrero de 2009
Tartaletas de morcilla
Ingredientes:
1 paquete de obleas de empanadillas (La Cocinera)
2 Morcillas de cebolla
Huevos de codorniz
Elaboración:
Dejamos templar la masa a temperatura ambiente y las vamos colocando en moldes pequeños de tipo flan. Las rellenamos de morcilla dejando un pequeño hueco en el centro donde cascaremos el huevo de codorniz. Ponemos al horno precalentado a 180 grados hasta que esten doradas.
Si no os gustan la morcilla ... podemos hacer las tartaletas de: chorizo, huevo y patatas fritas o bechamel con pollo y espolvoreado de queso rallado, o un preparado de tortilla de patatas, etc, etc, etc.
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lunes, 16 de febrero de 2009
Georges Brassens - La mala reputación
En mi pueblo sin pretensión
Tengo mala reputación,
Haga lo que haga es igual
Todo lo consideran mal,
Yo no pienso pues hacer ningún daño
Queriendo vivir fuera del rebaño;
No, a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
No, a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Todos todos me miran mal
Salvo los ciegos es natural.
Cuando la fiesta nacional
Yo me quedo en la cama igual,
Que la música militar
Nunca me pudo levantar.
En el mundo pues no hay mayor pecado
Que el de no seguir al abanderado
Y a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Y a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Todos me muestran con el dedo
Salvo los mancos, quiero y no puedo.
Si en la calle corre un ladrón
Y a la zaga va un ricachón
Zancadilla doy al señor
Y he aplastado el perseguidor
Eso sí que sí que será una lata
Siempre tengo yo que meter la pata
Y a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Y a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Tras de mí todos a correr
Salvo los cojos, es de creer.
Ya sé con mucha precisión
Como acabará la función
No les falta más que el garrote
Pa' matarme como un coyote
A pesar de que no arme ningún lío
Con que no va a Roma el camino mío
Que a le gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Que a le gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Tras de mí todos a ladrar
Salvo los mudos es de pensar.
VARIANTE DU DERNIER COUPLET:
No hace falta saber latín
Yo ya se cual será mi fin,
En el pueblo se empieza a oir,
Muerte, muerte al villano vil,
Yo no pienso pues armar ningún lío
Con que no va a Roma el camino mío,
No a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
No a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Todos vendrán a verme ahorcar,
Salvo los ciegos, es natural.
Tengo mala reputación,
Haga lo que haga es igual
Todo lo consideran mal,
Yo no pienso pues hacer ningún daño
Queriendo vivir fuera del rebaño;
No, a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
No, a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Todos todos me miran mal
Salvo los ciegos es natural.
Cuando la fiesta nacional
Yo me quedo en la cama igual,
Que la música militar
Nunca me pudo levantar.
En el mundo pues no hay mayor pecado
Que el de no seguir al abanderado
Y a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Y a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Todos me muestran con el dedo
Salvo los mancos, quiero y no puedo.
Si en la calle corre un ladrón
Y a la zaga va un ricachón
Zancadilla doy al señor
Y he aplastado el perseguidor
Eso sí que sí que será una lata
Siempre tengo yo que meter la pata
Y a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Y a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Tras de mí todos a correr
Salvo los cojos, es de creer.
Ya sé con mucha precisión
Como acabará la función
No les falta más que el garrote
Pa' matarme como un coyote
A pesar de que no arme ningún lío
Con que no va a Roma el camino mío
Que a le gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Que a le gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Tras de mí todos a ladrar
Salvo los mudos es de pensar.
VARIANTE DU DERNIER COUPLET:
No hace falta saber latín
Yo ya se cual será mi fin,
En el pueblo se empieza a oir,
Muerte, muerte al villano vil,
Yo no pienso pues armar ningún lío
Con que no va a Roma el camino mío,
No a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
No a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Todos vendrán a verme ahorcar,
Salvo los ciegos, es natural.
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Poesía Georges Brassens
lunes, 9 de febrero de 2009
Risotto de setas
Ingredientes:
4 tazas de arroz (1 taza por comensal)
Media bandeja de setas
1 cebolla picada
1 vaso de vino blanco
1 l. caldo vegetal o de pollo
200 g. queso parmesano
Aceite de oliva o mantequilla
Sal
Pimienta
Elaboración:
Sofreímos la cebolla y cuando ya está dorada le añadimos el vino blanco hasta que se consuma. Cortamos las setas y los añadimos a la cazuela. Dejamos que se hagan durante un par de minutos y a continuación salteamos el arroz un minuto más.
Añadimos una parte del caldo y removemos continuamente hasta que se evapore. Repetimos la operación hasta que el plato quede bien cremoso, añadiendo caldo constantemente. Cuando el arroz esté en su punto, añadimos el parmesano rallado y removemos para que quede bien fundido.
Para emplatar, usaremos un aro para dar forma redonda al risotto. Adornaremos con unas virutas de parmesano.
4 tazas de arroz (1 taza por comensal)
Media bandeja de setas
1 cebolla picada
1 vaso de vino blanco
1 l. caldo vegetal o de pollo
200 g. queso parmesano
Aceite de oliva o mantequilla
Sal
Pimienta
Elaboración:
Sofreímos la cebolla y cuando ya está dorada le añadimos el vino blanco hasta que se consuma. Cortamos las setas y los añadimos a la cazuela. Dejamos que se hagan durante un par de minutos y a continuación salteamos el arroz un minuto más.
Añadimos una parte del caldo y removemos continuamente hasta que se evapore. Repetimos la operación hasta que el plato quede bien cremoso, añadiendo caldo constantemente. Cuando el arroz esté en su punto, añadimos el parmesano rallado y removemos para que quede bien fundido.
Para emplatar, usaremos un aro para dar forma redonda al risotto. Adornaremos con unas virutas de parmesano.
Antonio Machado - Caminante no hay camino
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.
Nunca persequí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse...
Nunca perseguí la gloria.
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...
Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."
Golpe a golpe, verso a verso...
Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."
Golpe a golpe, verso a verso...
Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."
Golpe a golpe, verso a verso.
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.
Nunca persequí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse...
Nunca perseguí la gloria.
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...
Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."
Golpe a golpe, verso a verso...
Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."
Golpe a golpe, verso a verso...
Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."
Golpe a golpe, verso a verso.
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Poesía de Antonio Machado
martes, 27 de enero de 2009
Tarta de manzana de Oscar
Ingredientes base tarta:
1 Huevo
100 gr. de mantequilla
1 Cucharada de levadura
Azúcar
Harina
Elaboración base tarta:
En una cacerola se echa el huevo, tres cucharadas de azúcar, 100 gr. de mantequilla y una cucharadita de levadura. Remover hasta formar una mezcla homogénea y añadir harina según nos pida.
Cubrir el fondo del molde con la masa que hemos elaborado.
Ingredientes relleno tarta:
¾ l de leche
100 gr. mantequilla
5 cucharadas de azúcar
2 yemas
2 cucharadas de maizena
sal y canela
Elaboración relleno tarta:
En una cacerola se echan dos vasos grandes de leche, 100 gr. de mantequilla, 5 cucharadas de azúcar, una pizca de sal y canela (o vainilla, según gusto).
Se pone al fuego y se remueve.
En el vaso de la batidora se echan 2 yemas, un vaso de leche grande y dos cucharadas bien colmadas de maizena y se bate todo bien.
Cuando la cazuela hierva se echa el contenido del vaso de la batidora.
Cuando la mezcla hierva y espese, se deja reposar y templar un rato y se echa encima de la masa.
Se adorna con la manzana echa lonchas finas y se mete al horno a temperatura media.
Cuando esté terminada, se saca y se deja enfriar.
Adornar por encima con mermelada y servir.
1 Huevo
100 gr. de mantequilla
1 Cucharada de levadura
Azúcar
Harina
Elaboración base tarta:
En una cacerola se echa el huevo, tres cucharadas de azúcar, 100 gr. de mantequilla y una cucharadita de levadura. Remover hasta formar una mezcla homogénea y añadir harina según nos pida.
Cubrir el fondo del molde con la masa que hemos elaborado.
Ingredientes relleno tarta:
¾ l de leche
100 gr. mantequilla
5 cucharadas de azúcar
2 yemas
2 cucharadas de maizena
sal y canela
Elaboración relleno tarta:
En una cacerola se echan dos vasos grandes de leche, 100 gr. de mantequilla, 5 cucharadas de azúcar, una pizca de sal y canela (o vainilla, según gusto).
Se pone al fuego y se remueve.
En el vaso de la batidora se echan 2 yemas, un vaso de leche grande y dos cucharadas bien colmadas de maizena y se bate todo bien.
Cuando la cazuela hierva se echa el contenido del vaso de la batidora.
Cuando la mezcla hierva y espese, se deja reposar y templar un rato y se echa encima de la masa.
Se adorna con la manzana echa lonchas finas y se mete al horno a temperatura media.
Cuando esté terminada, se saca y se deja enfriar.
Adornar por encima con mermelada y servir.
Rafael Alberti - Galope
Las tierras, las tierras, las tierras de España,
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
al sol y a la luna.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
A corazón suenan, resuenan, resuenan
las tierras de España, en las herraduras.
Galopa, jinete del pueblo,
caballo cuatralbo,
caballo de espuma.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie;
que es nadie la muerte si va en tu montura.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
que la tierra es tuya.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
al sol y a la luna.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
A corazón suenan, resuenan, resuenan
las tierras de España, en las herraduras.
Galopa, jinete del pueblo,
caballo cuatralbo,
caballo de espuma.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie;
que es nadie la muerte si va en tu montura.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
que la tierra es tuya.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
sábado, 24 de enero de 2009
Pechugas de pollo con salsa de pimienta verde
Ingredientes:
1 Pechuga de pollo entera por persona
200 ml Nata líquida para cocinar (para dos personas)
1 Cucharadita de pimienta verde en vinagre
1 Cucharada de Bovril (Concentrado de carne)
Elaboración:
En una cacerola ponemos la nata líquida a calentar removiendo constantemente, a continuación añadimos la pimiente verde con un poco de su caldo y por último una cucharada de Bovril, dejamos que todo los ingredientes se mezclen pero sin llegar a hervir.
Una vez terminada la salsa la dejamos reposar y la pasamos la batidora para evitarnos los tropezones de la pimienta entera.
Mientras en una plancha empezamos hacer las pechugas hasta que tomen un bonito color dorado.
Emplatamos las pechugas y ponemos la salsa de pimienta por encima.
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Carne,
Receta de Paco Boix,
Recetas
Oliverio Girondo - ¡Todo era Amor!
¡Todo era amor... amor!
No había nada más que amor.
En todas partes se encontraba amor.
No se podía hablar más que de amor.
Amor pasado por agua, a la vainilla,
amor al portador, amor a plazos.
Amor analizable, analizado.
Amor ultramarino.
Amor ecuestre.
Amor de cartón piedra, amor con leche...
lleno de prevenciones, de preventivos;
lleno de cortocircuitos, de cortapisas.
Amor con una gran M, con una M mayúscula,
chorreado de merengue,
cubierto de flores blancas...
Amor espermatozoico, esperantista.
Amor desinfectado, amor untuoso...
Amor con sus accesorios, con sus repuestos;
con sus faltas de puntualidad, de ortografía;
con sus interrupciones cardíacas y telefónicas.
Amor que incendia el corazón de los orangutanes,
de los bomberos.
Amor que exalta el canto de las ranas bajo las ramas,
que arranca los botones de los botines,
que se alimenta de encelo y de ensalada.
Amor impostergable y amor impuesto.
Amor incandescente y amor incauto.
Amor indeformable. Amor desnudo.
Amor amor que es, simplemente, amor.
Amor y amor... ¡y nada más que amor!
No había nada más que amor.
En todas partes se encontraba amor.
No se podía hablar más que de amor.
Amor pasado por agua, a la vainilla,
amor al portador, amor a plazos.
Amor analizable, analizado.
Amor ultramarino.
Amor ecuestre.
Amor de cartón piedra, amor con leche...
lleno de prevenciones, de preventivos;
lleno de cortocircuitos, de cortapisas.
Amor con una gran M, con una M mayúscula,
chorreado de merengue,
cubierto de flores blancas...
Amor espermatozoico, esperantista.
Amor desinfectado, amor untuoso...
Amor con sus accesorios, con sus repuestos;
con sus faltas de puntualidad, de ortografía;
con sus interrupciones cardíacas y telefónicas.
Amor que incendia el corazón de los orangutanes,
de los bomberos.
Amor que exalta el canto de las ranas bajo las ramas,
que arranca los botones de los botines,
que se alimenta de encelo y de ensalada.
Amor impostergable y amor impuesto.
Amor incandescente y amor incauto.
Amor indeformable. Amor desnudo.
Amor amor que es, simplemente, amor.
Amor y amor... ¡y nada más que amor!
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Poesía,
Poesía Oliverio Girondo
viernes, 23 de enero de 2009
Mousse de limón
Ingredientes:
4 yogures naturales
1 lata pequeña de leche condensada
1 vaso de zumo de limón
Elaboración:
Se bate todo en la batidora. Se sirve en vasitos muy pequeños, bien frío y acompañado de un barquillo de chocolate.
4 yogures naturales
1 lata pequeña de leche condensada
1 vaso de zumo de limón
Elaboración:
Se bate todo en la batidora. Se sirve en vasitos muy pequeños, bien frío y acompañado de un barquillo de chocolate.
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Postre,
Receta de Marina,
Recetas
Oliverio Girondo - Visita
No estoy.
No la conozco.
No quiero conocerla.
Me repugna lo hueco,
La afición al misterio,
El culto a la ceniza,
A cuanto se disgrega.
Jamás he mantenido contacto con lo inerte.
Si de algo he renegado es de la indiferencia.
No aspiro a transmutarme,
Ni me tienta el reposo.
Todavía me intrigan el absurdo, la gracia.
No estoy para lo inmóvil,
Para lo inhabitado.
Cuando venga a buscarme,
Díganle:
"se ha mudado".
No la conozco.
No quiero conocerla.
Me repugna lo hueco,
La afición al misterio,
El culto a la ceniza,
A cuanto se disgrega.
Jamás he mantenido contacto con lo inerte.
Si de algo he renegado es de la indiferencia.
No aspiro a transmutarme,
Ni me tienta el reposo.
Todavía me intrigan el absurdo, la gracia.
No estoy para lo inmóvil,
Para lo inhabitado.
Cuando venga a buscarme,
Díganle:
"se ha mudado".
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Poesía,
Poesía Oliverio Girondo
jueves, 22 de enero de 2009
Salmorejo
Ingredientes:
1,5 kilos de tomates muy maduros
1 diente de ajo hermoso
1/2 vaso de aceite de oliva
Picos de pana andaluces
Vinagre y sal al gusto
Huevo duro y jamón ibérico en tacos
Elaboración:
Con la batidora se mezclan todos los ingredientes. Esta masa se vierte en un pasapuré o un chino para eliminar la piel del tomate y las pepitas que hubieran podido quedar y, a continuación, se agrega sobre el pan. Se vuelve a usar la batidora hasta que quede una masa fina no muy espesa.
Se adorna con jamón serrano y huevos duros picados. Se toma fría.
1,5 kilos de tomates muy maduros
1 diente de ajo hermoso
1/2 vaso de aceite de oliva
Picos de pana andaluces
Vinagre y sal al gusto
Huevo duro y jamón ibérico en tacos
Elaboración:
Con la batidora se mezclan todos los ingredientes. Esta masa se vierte en un pasapuré o un chino para eliminar la piel del tomate y las pepitas que hubieran podido quedar y, a continuación, se agrega sobre el pan. Se vuelve a usar la batidora hasta que quede una masa fina no muy espesa.
Se adorna con jamón serrano y huevos duros picados. Se toma fría.
martes, 20 de enero de 2009
Miguel Hernández - Para la libertad
Para la libertad sangro, lucho y pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.
Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho. Dan espumas mis venas
y entro en los hospitales y entro en los algodones
como en las azucenas.
Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.
Retoñarán aladas de savia sin otoño,
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño
y aún tengo la vida.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.
Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho. Dan espumas mis venas
y entro en los hospitales y entro en los algodones
como en las azucenas.
Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.
Retoñarán aladas de savia sin otoño,
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño
y aún tengo la vida.
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Poesía,
Poesía Joan Manuel Serrat
sábado, 17 de enero de 2009
Creps de salmón
Ingredientes:
½ Kg. de salmón fresco
1 frasquito de piñones
½ l. de nata liquida
50 g. de mantequilla
½ tarrina de queso Philadelphia
1 cucharada de maicena
½ vaso de leche
Sal y Pimienta Blanca
Creps: Se pueden comprar hechos o hacerlos segun preparado.
Elaboración:
1. Se pone agua a hervir con un poco de sal, cuando este hirviendo echar el salmón y mover durante unos segundos, retirar del fuego y taparlo con una tapadera hasta que temple.
2. Dorar en una sartén los piñones con mantequilla, y dejar reservados para añadirlos posteriormente.
3. Salsa: Poner a cocer la nata en una cacerola, y en su punto de ebullición incorporar el queso y mover hasta su completa disolución.
Para que la salsa espese añadir a la misma la maicena disuelta en el medio vaso de leche y salpimentar al gusto.
4. Incorporar a la salsa la mitad de los piñones y el resto reservar para decorar el plato.
5. Posteriormente, reservar un poco de salsa para echar por encima de los creps antes de servir.
6. Por ultimo, escurrir el salmón e incorporar desmenuzado a la salsa mezclándolo bien.
7. Para emplatar rellenar los creps con este preparado a modo de rollito y regar con la salsa reservada y los piñones.
½ Kg. de salmón fresco
1 frasquito de piñones
½ l. de nata liquida
50 g. de mantequilla
½ tarrina de queso Philadelphia
1 cucharada de maicena
½ vaso de leche
Sal y Pimienta Blanca
Creps: Se pueden comprar hechos o hacerlos segun preparado.
Elaboración:
1. Se pone agua a hervir con un poco de sal, cuando este hirviendo echar el salmón y mover durante unos segundos, retirar del fuego y taparlo con una tapadera hasta que temple.
2. Dorar en una sartén los piñones con mantequilla, y dejar reservados para añadirlos posteriormente.
3. Salsa: Poner a cocer la nata en una cacerola, y en su punto de ebullición incorporar el queso y mover hasta su completa disolución.
Para que la salsa espese añadir a la misma la maicena disuelta en el medio vaso de leche y salpimentar al gusto.
4. Incorporar a la salsa la mitad de los piñones y el resto reservar para decorar el plato.
5. Posteriormente, reservar un poco de salsa para echar por encima de los creps antes de servir.
6. Por ultimo, escurrir el salmón e incorporar desmenuzado a la salsa mezclándolo bien.
7. Para emplatar rellenar los creps con este preparado a modo de rollito y regar con la salsa reservada y los piñones.
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Receta de Myriam,
Recetas
Pablo Milanés - Yo pisaré las calles nuevamente
Yo pisaré las calles nuevamente
de lo que fue Santiago ensangrentada,
y en una hermosa plaza liberada
me detendré a llorar por los ausentes.
Yo vendré del desierto calcinante
y saldré de los bosques y los lagos,
y evocaré en un cerro de Santiago
a mis hermanos que murieron antes.
Yo unido al que hizo mucho y poco
al que quiere la patria liberada
dispararé las primeras balas
más temprano que tarde, sin reposo.
Retornarán los libros, las canciones
que quemaron las manos asesinas.
Renacerá mi pueblo de su ruina
y pagarán su culpa los traidores.
Un niño jugará en una alameda
y cantará con sus amigos nuevos,
y ese canto será el canto del suelo
a una vida segada en La Moneda.
Yo pisaré las calles nuevamente
de lo que fue Santiago ensangrentada,
y en una hermosa plaza liberada
me detendré a llorar por los ausentes.
de lo que fue Santiago ensangrentada,
y en una hermosa plaza liberada
me detendré a llorar por los ausentes.
Yo vendré del desierto calcinante
y saldré de los bosques y los lagos,
y evocaré en un cerro de Santiago
a mis hermanos que murieron antes.
Yo unido al que hizo mucho y poco
al que quiere la patria liberada
dispararé las primeras balas
más temprano que tarde, sin reposo.
Retornarán los libros, las canciones
que quemaron las manos asesinas.
Renacerá mi pueblo de su ruina
y pagarán su culpa los traidores.
Un niño jugará en una alameda
y cantará con sus amigos nuevos,
y ese canto será el canto del suelo
a una vida segada en La Moneda.
Yo pisaré las calles nuevamente
de lo que fue Santiago ensangrentada,
y en una hermosa plaza liberada
me detendré a llorar por los ausentes.
lunes, 12 de enero de 2009
Pastel de carne
Ingredientes:
1 Kilo de carne picada (mitad ternera y mitad cerdo)
1 Huevo
Pan rallado
Media Lata de cerveza
4 Ajos
1 Cebolla
1 Paquete de beicon ahumado
Sal y pimienta molida
Elaboración:
En un bol ponemos la carne picada y salpimentamos, añadimos 1 cebolla y cuatro dientes de ajos muy picaditos, un huevo batido, media lata de cerveza y removemos todo.
A continuación añadimos 2 cucharadas colmadas de pan rallado.
Forramos con lonchas de beicon un molde de plunk cake alargado y colocamos las lonchas en vertical, tienen que sobresalir por los laterales del molde, a continuación añadimos la masa que hemos preparado con la carne y con ayuda de una espátula apretamos bien para que quede compacta, con las tiras de beicon que sobran por los laterales tapamos la carne.
Metemos en el horno precalentado media hora a 200 grados.
Una vez horneado, desmoldamos y le damos la vuelta al pastel, quedando el beicon arriba.
Como guarnición podemos acompañarle con un puré de patatas (patatas, agua, matequilla, sal y nuez moscada).
Gabriel Celaya - La poesía es un arma cargada de futuro
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante más se palpita
y se sigue mas acá de la conciencia
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las barbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que siento excesivo.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para pobre, poesía necesaria,
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir quien somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mi a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo que por eso con técnica, que puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos reeeepetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.
y se sigue mas acá de la conciencia
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las barbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que siento excesivo.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para pobre, poesía necesaria,
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir quien somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mi a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo que por eso con técnica, que puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos reeeepetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.
sábado, 10 de enero de 2009
Chocolatísimo
Ingredientes:
4 Moldes de flan
100 g. chocolate fondant
100 g. mantequilla
2 huevos
40 g. azúcar
40 g. harina
Azúcar glasé
Elaboración:
Separamos las yemas de las claras y montamos éstas a punto de nieve con un pellizco de sal.
Fundimos al baño maría primero la mantequilla y a continuación añadimos el chocolate (troceado) hasta que quede una masa uniforme y sin grumos.
Clarificamos las yemas con el azúcar hasta duplicar su volumen, a continuación añadimos la harina tamizada y mezclamos con movimientos envolventes.
Repetimos el proceso agregando el chocolate y la mantequilla fundidos y después, las claras montadas a punto de nieve.
Ponemos la mezcla en las flaneras engrasadas y enharinamos (la mezcla sube un dedo) y congelamos 6 horas.
Cuando lo queramos servir, las sacamos 7 minutos antes del congelador y las metemos en el horno precalentado a 250 grados o al máximo, durante cinco minutos (recomiendo vigilarlo hasta que la masa de las flaneras formen una costra exterior). Tiene que quedar hecho por fuera y fundido por dentro.
Para su presentación desmoldamos y adornamos con azúcar glasé.
Servir inmediatamente por que tiene que estar caliente, si se enfria podemos darle un golpe de calor en el microondas.
4 Moldes de flan
100 g. chocolate fondant
100 g. mantequilla
2 huevos
40 g. azúcar
40 g. harina
Azúcar glasé
Elaboración:
Separamos las yemas de las claras y montamos éstas a punto de nieve con un pellizco de sal.
Fundimos al baño maría primero la mantequilla y a continuación añadimos el chocolate (troceado) hasta que quede una masa uniforme y sin grumos.
Clarificamos las yemas con el azúcar hasta duplicar su volumen, a continuación añadimos la harina tamizada y mezclamos con movimientos envolventes.
Repetimos el proceso agregando el chocolate y la mantequilla fundidos y después, las claras montadas a punto de nieve.
Ponemos la mezcla en las flaneras engrasadas y enharinamos (la mezcla sube un dedo) y congelamos 6 horas.
Cuando lo queramos servir, las sacamos 7 minutos antes del congelador y las metemos en el horno precalentado a 250 grados o al máximo, durante cinco minutos (recomiendo vigilarlo hasta que la masa de las flaneras formen una costra exterior). Tiene que quedar hecho por fuera y fundido por dentro.
Para su presentación desmoldamos y adornamos con azúcar glasé.
Servir inmediatamente por que tiene que estar caliente, si se enfria podemos darle un golpe de calor en el microondas.
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Mario Benedetti - Hagamos un trato
Compañera
usted sabe
que puede contar
conmigo
no hasta dos
ni hasta diez
sino contar
conmigo.
Si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo.
Si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo.
Pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con ustedes tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe
que puede
contar conmigo
usted sabe
que puede contar
conmigo
no hasta dos
ni hasta diez
sino contar
conmigo.
Si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo.
Si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo.
Pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con ustedes tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe
que puede
contar conmigo
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Poesía,
Poesía Mario Benedetti
viernes, 9 de enero de 2009
Tarta de piña
Ingredientes:
1 Bote de medio kilo de piña en su jugo
2 Sobres de gelatina de piña Royal
2 Botes de nata para cocinar 400 ml
1 Paquete de bizcochos de soletillas
1 Vaso y medio de azúcar (Yo pongo un vaso)
1 Vaso de agua
Caramelo líquido
Elaboración:
Poner en un cazo el jugo de piña, la nata, la gelatina, el azúcar y el agua. Calentar la mezcla hasta que este a punto de hervir moviendo constantemente, apartar del fuego y dejar reposar.
Por otro lado, caramelizar un molde y colocar las rodajas de piña, añadir la mezcla anterior y cubrir con las soletillas hundiéndolas para que se empapen con la mezcla.
Enfriar en el frigorífico durante cuatro horas y desmoldar (quedarán los bizcochos abajo y las rodajas de piña arriba.
1 Bote de medio kilo de piña en su jugo
2 Sobres de gelatina de piña Royal
2 Botes de nata para cocinar 400 ml
1 Paquete de bizcochos de soletillas
1 Vaso y medio de azúcar (Yo pongo un vaso)
1 Vaso de agua
Caramelo líquido
Elaboración:
Poner en un cazo el jugo de piña, la nata, la gelatina, el azúcar y el agua. Calentar la mezcla hasta que este a punto de hervir moviendo constantemente, apartar del fuego y dejar reposar.
Por otro lado, caramelizar un molde y colocar las rodajas de piña, añadir la mezcla anterior y cubrir con las soletillas hundiéndolas para que se empapen con la mezcla.
Enfriar en el frigorífico durante cuatro horas y desmoldar (quedarán los bizcochos abajo y las rodajas de piña arriba.
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Receta de Mercedes,
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Constantino P. Cavafis - Ítaca
Cuando empieces tu ida hacia Ítaca,
desea que el camino sea largo,
lleno de peripecias, lleno de conocimientos.
A los Lestrígones y a los Cíclopes,
al encolerizado Poseidón no temas,
tales cosas en tu camino nunca las encontrarás,
si tu mirada permanece alta, si una escogida
emoción a tu alma y a tu cuerpo les guía.
A los Lestrígones y a los Cíclopes,
al fiero Poseidón no los encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si tu alma no los coloca delante de ti.
Desea que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas estivales
en que con cuánta satisfacción, con qué alegría
entrarás en puertos por primera vez vistos.
Haz un alto en los mercados fenicios,
y adquiere hermosas cosas,
nácares y corales, ámbares y ébanos,
y sensuales perfumes de todas clases,
los más abundantes y sensuales perfumes que puedas.
Visita muchas ciudades egipcias,
aprende y aprende de los instruidos.
Siempre en tu mente ten a Itaca.
La llegada a allí es tu destino.
Pero no precipites el viaje en absoluto.
Es mejor que muchos años dure.
Y que, ya anciano, arribes a la isla,
rico con cuanto obtuviste en el camino,
sin esperar que riquezas te dé Itaca.
Itaca te dio el hermoso viaje.
Sin ella no hubieras emprendido el camino.
No puede darte nada más.
Aunque la encuentres pobre, Ítaca no te engañó.
Tan sabio como te has hecho, con tanta experiencia,
ahora ya habrás comprendido qué significan las Itacas.
desea que el camino sea largo,
lleno de peripecias, lleno de conocimientos.
A los Lestrígones y a los Cíclopes,
al encolerizado Poseidón no temas,
tales cosas en tu camino nunca las encontrarás,
si tu mirada permanece alta, si una escogida
emoción a tu alma y a tu cuerpo les guía.
A los Lestrígones y a los Cíclopes,
al fiero Poseidón no los encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si tu alma no los coloca delante de ti.
Desea que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas estivales
en que con cuánta satisfacción, con qué alegría
entrarás en puertos por primera vez vistos.
Haz un alto en los mercados fenicios,
y adquiere hermosas cosas,
nácares y corales, ámbares y ébanos,
y sensuales perfumes de todas clases,
los más abundantes y sensuales perfumes que puedas.
Visita muchas ciudades egipcias,
aprende y aprende de los instruidos.
Siempre en tu mente ten a Itaca.
La llegada a allí es tu destino.
Pero no precipites el viaje en absoluto.
Es mejor que muchos años dure.
Y que, ya anciano, arribes a la isla,
rico con cuanto obtuviste en el camino,
sin esperar que riquezas te dé Itaca.
Itaca te dio el hermoso viaje.
Sin ella no hubieras emprendido el camino.
No puede darte nada más.
Aunque la encuentres pobre, Ítaca no te engañó.
Tan sabio como te has hecho, con tanta experiencia,
ahora ya habrás comprendido qué significan las Itacas.
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Poesía Constantino P. Cavafis
jueves, 8 de enero de 2009
Bizcocho de zanahoria
Ingredientes:
250 gr harina
1 Sobre de levadura Royal
1 pizca de sal
2 cucharaditas de canela molida
175 gr de azúcar
225 gr mantequilla (o 200-225 ml aceite de girasol)
2 huevos
175 gr de zanahorias ralladas
100 gr nueces picadas (Es voluntario, yo echo un poco menos)
50 gr de coco (Es voluntario)
Para adornar (voluntario):
25 gr mantequilla a temperatura ambiente
150 gr queso philadelphia
225 gr azucar glace
2 gotas de esencia de vainilla o zumo de naranja o limón.
Elaboración:
Mezcla harina, levadura, sal, canela y azúcar en un bol.
Derrite la mantequilla ligeramente a fuego lento y añádela (o el aceite de girasol) a la mezcla anterior.
Añade los huevos batidos, las zanahorias ralladas y las nueces.
Echa la mezcla en un recipiente para horno metálico (previamente untado con mantequilla y espolvoreado de harina).
Hornea (horno precalentado) a 180º a media altura durante 1h aproximadamente.
Cuando esté hecha, sácala a una bandeja de rejilla de las del horno (ten cuidado si está muy caliente pq se parte) y deja que se enfríe.
Mientras, para hacer el topping, remueve la mantequilla hasta que esté cremosa, añade el queso el azúcar glace (échalo todo aunque te parezca mucho)y la vainilla y mezcla hasta que quede uniforme y sin grumos.
Cuando el bizcocho esté frío, unta la mezcla por encima y por los bordes.
Yo últimamente tb abro el bizcocho por la mitad y unto otra capita por dentro... mmmmmm
Espero que te quede rica.
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Receta de Myriam,
Recetas
Mario Benedetti - Táctica y estrategia
Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos
mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos
mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos
mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
No sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites
mirarte
aprender como sos
quererte como sos
mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos
mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos
mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
No sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites
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Poesía Mario Benedetti
miércoles, 7 de enero de 2009
Milanesas de pollo
Ingredientes:
1 Pechuga de pollo fileteada por comensal (Con el corte no muy fino).
2 Huevos
Queso para fundir en lonchas
Beicon en lonchas
2 Tomates naturales
1 Bote de tomate frito
Sal, orégano y pan rallado (ajo y perejil)
Elaboración:
Salpimentamos las pechugas de pollo, las pasamos por huevo batido y las empanamos con pan rallado (lo venden con ajo y perejil) y repetimos la operación las pasamos por huevo batido y pan rallado.
Las introducimos en el horno precalentado a 200 º cinco minutos por cada lado.
Las sacamos del horno y le ponemos encima una capa tomate frito, encima una loncha de queso (que cubra bien la pechuga), encima una loncha de beicon, dos rajitas de tomate natural y adornamos con orégano.
Las introducimos de nuevo en el horno hasta que el queso se funda.
Lo típico es acompañarlas con patatas fritas, pero yo las acompaño de ensalada para que sean menos calóricas.
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Receta de Marina,
Recetas
Oliverio Girondo - Llorar a lágrima viva...
Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas, las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...
si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas, las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...
si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!
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Poesía,
Poesía Oliverio Girondo
martes, 6 de enero de 2009
Carrilleras en salsa
Ingredientes:
Carrilleras de cerdo o de ternera ( una por persona)
Carrilleras de cerdo o de ternera ( una por persona)
2 zanahorias
2 cebollas
3 dientes de ajo
1 vaso de vino tinto
¼ de vaso de aceite
Tomillo, laurel, orégano, sal y pimienta.
Elaboración:
Lavar las carrilleras y poner en adobo con el vino, el aceite, las zanahoras a rodajas, una cebolla a cascos, los ajos (darles un golpe y chafarlos un poco) las hierbas aromáticas, sal y pimienta, a ser posible toda la noche. Dar la vuelta a las carrilladas al menos dos veces para que todas esten impregnadas.
Poner en una cacerola la otra cebolla a freir con un poquito de aceite, dar unas vueltas y cuando este un poco pochada, añadir escurridas las carrilladas, dorar un poco, echarle por encima todo el adobo y añadir un vaso o vaso y medio de agua; hervir hasta que estén tiernas, (dos horas mas o menos) si hace falta añadir agua. (En la olla a presión 45 m. mas o menos y necesita menos agua, claro)
Sacar las carrilladas, triturar la salsa e incorporarlas de nuevo.
Se acompaña con puré de patatas o patatas fritas o patatas cocidas o arroz blanco. Bueno con lo que te salga del alma.
Elaboración:
Lavar las carrilleras y poner en adobo con el vino, el aceite, las zanahoras a rodajas, una cebolla a cascos, los ajos (darles un golpe y chafarlos un poco) las hierbas aromáticas, sal y pimienta, a ser posible toda la noche. Dar la vuelta a las carrilladas al menos dos veces para que todas esten impregnadas.
Poner en una cacerola la otra cebolla a freir con un poquito de aceite, dar unas vueltas y cuando este un poco pochada, añadir escurridas las carrilladas, dorar un poco, echarle por encima todo el adobo y añadir un vaso o vaso y medio de agua; hervir hasta que estén tiernas, (dos horas mas o menos) si hace falta añadir agua. (En la olla a presión 45 m. mas o menos y necesita menos agua, claro)
Sacar las carrilladas, triturar la salsa e incorporarlas de nuevo.
Se acompaña con puré de patatas o patatas fritas o patatas cocidas o arroz blanco. Bueno con lo que te salga del alma.
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Carne,
Receta de Chipo,
Recetas
Oliverio Girondo - No se me importa un pito...
No se me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de sorportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase,
tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos?
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo
y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina,
volaba del comedor a la despensa.
Volando me preparaba el baño, la camisa.
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando,
de algún paseo por los alrededores!
Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.
"¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos,
ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia
que nos aproximaba al paraíso;
durante horas enteras nos anidábamos en una nube,
como dos ángeles, y de repente,
en tirabuzón, en hoja muerta,
el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera...,
aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!
¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...
la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea,
¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
¿Verdad que no hay diferencia sustancial
entre vivir con una vaca o con una mujer
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
la seducción de una mujer pedestre,
y por más empeño que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar
que pueda hacerse el amor más que volando.
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de sorportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase,
tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos?
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo
y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina,
volaba del comedor a la despensa.
Volando me preparaba el baño, la camisa.
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando,
de algún paseo por los alrededores!
Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.
"¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos,
ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia
que nos aproximaba al paraíso;
durante horas enteras nos anidábamos en una nube,
como dos ángeles, y de repente,
en tirabuzón, en hoja muerta,
el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera...,
aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!
¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...
la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea,
¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
¿Verdad que no hay diferencia sustancial
entre vivir con una vaca o con una mujer
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
la seducción de una mujer pedestre,
y por más empeño que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar
que pueda hacerse el amor más que volando.
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